La nueva máquina - Clarín 23/11/2003

La banda demostró cómo supo abrir cabezas despegándose a tiempo de la ortodoxia stone.

Guillermo Boerr. .

"Eh, che, se agrandó la familia!", gritó Pity ante un Cemento que reventaba. El show con el que Intoxicados presentó su disco No es sólo rock 'n'roll, empezó casi a la una de la mañana, y todavía quedaban afuera personas que habían comprado la entrada anticipada.

Una multitud se agolpaba en la puerta del local para tratar de entrar a como dé lugar. Un Cemento cuya capacidad estaba claramente superada (las entradas se agotaron, y debieron agregar una segunda fecha, este jueves) comenzó a saltar con los primeros acordes de Está saliendo el sol, el tema que abre el segundo trabajo de Intoxicados. El público (compuesto en su mayoría por adolescentes, aunque también había algunos que no se cocían en el primer hervor) estaba eufórico.

El sonido era demoledor en la parte delantera de Cemento, pero minúsculo en el otro sector, el de la barra. Tan lleno estaba el lugar y tanto calor generaba la masa humana que muchos debieron resignarse a quedarse en este último espacio y ver el show por la pantalla instalada en el lugar. "Pensar que pagué la entrada para verlo por televisión", comentó Florencia (16), condenada a ver la versión mediatizada dentro del mismo local.

Tal como en el disco, el guitarrista Valentino estuvo invitado a aportar su toque jazzero en el Rock del vuelo 20773, pero además no pudo resistirse a salir a tocar en un par de canciones más. "Che, vamos a hacer un tema que no está en la lista, vamos a zapar para toda esta gente", avisó Pity a los técnicos. Menos mal que avisó, porque la versión del Come Together de los Beatles fue con toda seguridad uno de los momentos menos logrados de la noche.

La veta calamaresca del incorregible líder de la banda volvió a asomar No tengo ganas, de los más coreados de la noche.

En Don Electrón se proyectaron en las pantallas una serie de tomas que parecían producto de un zapping desquiciado. Se fue al cielo fue de los temas mejor recibidos de ¡Buen día!, el primer disco del grupo. Pero Cemento ardió con las primeros pulsaciones del bajo que anunciaba Una vela, la mejor adaptación del hip hop que se haya visto por estas latitudes.

Está claro que Intoxicados ha logrado abrir cabezas (las propias y las del público) al despegarse de la ortodoxia stone que fue motivo de la disolución de Viejas Locas, la convocante banda anterior de Pity y el baterista Abel Meyer. Pero el pasado forma parte de su historia, de modo que, como habitualmente, se despacharon con una selección de canciones de este grupo, de entre las cuales la muy querible Lo artesanal fue la mejor recibida.

Amagando irse en varias oportunidades, el carismático frontman volvía una y otra vez, y tras él, el resto del grupo. El riff a la AC/DC de ¿Quieren rock? descontroló al público, que sin dudarlo se entregó a un pogo feroz. El cierre fue con el estandarte ramonero Blitzkrieg Bop, coreado hasta la afonía por la gran mayoría.