¿Quieren rock o metal? - 27/06/2002 Diario Los Andes
Nunca se sabe por qué, desde el periodismo, se termina admirando a estos personajes. Son arrogantes, escupen lugares comunes todo el tiempo y nunca alcanzan a llenar ni quince minutos de casete -se aburren-. Debe de ser porque en medio de su supuesta mediocridad tienen rasgos de genialidad que admiramos. Un “me importa todo un carajo”, que los engrandece mientras nuestro mundo se impone insignificante, entre las burocracias necesarias de la Redacción, los horarios ajustados y la subordinación a la noticia. Y así, terminamos escribiendo sobre ellos y alimentando las distintas y atractivas caras del personaje.
Pity Álvarez, cantante, compositor y guitarrista de Intoxicados -ex alma de Viejas Locas- es el personaje que nos inspira este pensamiento. Después de 5 minutos de espera, sin saber qué hacer, escuchando de fondo, el tema Perra, nos sentamos al otro lado del teléfono. Cuando por fin Pity aparece, esperamos una extensa excusa. Pero a cambio obtenemos una explicación bizarra sobre “una potencia que se nos puenteó y empezó a sentirse un olor a quemado bárbaro”. Al comienzo, cuesta habituarse a la voz arenosa y lenta de Pity pero de a poco, va arrancando con algunos temas que lo entusiasman. Uno, es hablar sobre su último trabajo, Buen Día, cuyo primer corte de difusión -Quieren Rock- sonó y sonó en las radios mendocinas: “Me parece el mejor disco que he hecho, aún mejor que cualquiera de Viejas Locas”, dice y agrega que el tema que más le gusta es Religión. “Muchos confunden la felicidad con todas esas cosas que no pueden comprar yo no sé si será la televisión que les muestra un culo que no pueden tocar.(...) Cuál es la diferencia entre un remisero, un obrero, un profesor de facultad un cantante de rock, el que vende estampitas vivir en el campo o vivir en la cuidad si da lo mismo ser linyera que millonario robar toda la vida o salir a laburar ser lindo, ser feo, ser bueno, ser malo lo importante es si supiste disfrutar”, canta Pity en Religión y revive la experiencia hedonista que convierte a Intoxicados en uno de los últimos bastiones nacionales de la mística stone.
-¿Alguna vez soñaste con el estrellato a lo Mick Jagger?
- No. Yo nunca pensé que quería ser famoso o una estrella de rock. Cuando pensás eso estás muerto. Te digo la verdad, la fama no me gusta un carajo. Que te salude uno no es nada pero que te agarre una banda y todos quieran un souvenir...
- Además, piensan que te llenaste de plata y eso en la escena stone no está bien visto.
- Uh, me lo dicen todo el tiempo. Esa gente se come cualquiera. El sábado pasado tocamos en Hangar, sacamos 400 mangos cada uno y yo ahora ya estoy pidiendo plata.
- ¿La compañía no les da una mano?
- Estamos en una compañía pero somos un grupo huérfano. Nos apoya un poquito pero nosotros hacemos todo cuando queremos. Pero sí, capaz que somos medio pelotudos porque nos tendríamos que aprovechar más de la compañía ¡Deben estar re contentos con nosotros! (risas)
- Pero no se pueden quejar...
- Y no, al final es un trabajo como cualquiera pero hacés lo que te gusta, no te tenés que peinar ni poner traje (risas).
Mientras reconoce que organizar giras en tiempos de crisis no es lo que más le agrada, “prefiero quedarme a hacer música”-, adelanta que le tiene ganas a Mendoza. Nunca toco acá. “Vamos a hacer todo el disco -cuenta-, temas de Viejas Locas, otros nuevos y, algunos covers pero te la dejo picando”, dice.
El tiempo se acaba y Pity volverá a ensayar con sus amigos. “¿Cómo te sentís con el camino que tomaste?”, preguntamos, “Esta vida me encanta”, responde y se despide.
Pensamos que en unas horas se olvidará de esta nota mientras volvemos a “los tiempos” de la redacción.NMalón e Intoxicados se presentan en el marco de los recitales que el programa de la radio UTN, Al filo del rock, viene presentando desde hace unas semanas en el Centro Cultural Israelita. (Maipú, 252, 4ta Sección).